por Fernando Osorio
 
Cada semana los diarios y noticieros de televisión desarrollan un nuevo hecho de lo que llaman violencia escolar. Adolescentes que se hieren con armas blancas en el patio, padres que atacan al docente por una mala calificación del chico y hasta alumnos que se animan a golpear al maestro y subir esa agresión al Youtube. Para el psicólogo Fernando Osorio, «la violencia social entra en las escuelas y ese es el verdadero padecimientos de las instituciones educativas». 
El psicólogo Fernando Osorio analiza cómo repercuten los conflictos en las aulas
Especialista en la temática, Osorio explica que «la violencia propia del sistema educativo existió siempre, como los docentes autoritarios». Pero la diferencia —agrega— está dada porque «lo que no existía antes era una familia estallada, una sociedad convulsionada y una sensación de falta de perspectiva». El experto preside el comité organizador del Primer Congreso Internacional sobre Conflictos y Violencia en las Escuelas, que se realizará la semana que viene en la Ciudad de Buenos Aires (ver aparte).

Con una mirada amplia sobre la problemática, el psicólogo apunta también al rol de los medios y la forma en cómo éstos construyen un relato sensacionalista sobre hechos de violencia que involucran a chicos y jóvenes. «Los medios están perdiendo la posibilidad de transformarse en actores que permitan, justamente por la llegada que tienen, en generadores de información veraz», señala.

En diálogo con La Capital, vuelca conceptos y opiniones utilizando el plural «nosotros», reafirmando así su participación en un equipo de investigación interdisciplinario que trabaja en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) desde hace años. Grupo con quienes dicta un seminario de investigación permanente referido a la temática.

—¿Cómo entiende la violencia en las escuelas?

—En realidad el padecimiento actual de las escuelas no tiene tanto que ver con la violencia escolar, que sería la que genera el sistema educativo mediante el autoritarismo de un docente, un maestro que utiliza la calificación para generar coerción en la conducta de sus alumnos, o el intento de un directivo de sumariar a su equipo docente para que le hagan caso. Todo eso le pertenece al sistema educativo, existieron siempre, cuando estos niveles de violencia no existían. Lo que investigamos fue que, en realidad, el padecimiento actual de las escuelas es la violencia social que irrumpe dentro de las instituciones educativas. Eso tiene que ver con violencia social, callejera, familiar, de abuso, de portación ilegal de armas. Toda esta problemática social irrumpe dentro de las escuelas y se presenta a través de episodios violentos. Por eso hablamos de violencia en las escuelas y no de violencia escolar. Es decir, el docente autoritario existió siempre, pero la diferencia es que lo que no existía antes era una familia estallada, una sociedad convulsionada, una sensación de falta de perspectiva, de futuro, con gobiernos democráticos que fracasan constantemente y la desaparición de instituciones intermedias que contenían a las familias. Una familia estallada, en un contexto social adverso y de poca continencia, genera que todo eso aparezca como una caja de resonancia dentro de la escuela.

Padres y docentes

—¿Cuál es el rol que le asigna a los adultos?

—Hay un problema importante respecto de la capacitación de los docentes en adquirir nuevos recursos para comprender esta nueva presentación de la violencia a través de los chicos; y por otro lado, están los cambios de época y de generación en los núcleos familiares. Por eso es necesario también trabajar con los padres respecto de ciertos valores y ejes vinculados con la familia que se han ido perdiendo, como lo referido al ejercicio de la autoridad, la puesta de límites, la transmisión de valores y el valor de la palabra del adulto como generador de experiencia.

—¿Es correcto el tratamiento mediático de estos hechos?

—Es verdad que hay una promoción de los hechos de violencia en las escuelas y que los medios de comunicación tienen un peso muy importante en el modo en que se trasmiten estas cosas. Los medios toman algunos hechos de violencia como si fuera una noticia social más, que no tiene la particularidad de pertenecer al ámbito educativo. Lo hacen desde la perspectiva sensacionalista, pero los episodios violentos en las escuelas merecen otro tratamiento, porque sino se emparentan con cualquier hecho delictivo. Y es entonces cuando se corre el peligro de criminalizar a los jóvenes, cuando se los pone en la posición de potenciales delincuentes, criminales. También cuando aparecen los planteos de poner detectores de metales en las escuelas o hacer requisas. Me parece que los medios están perdiendo la posibilidad de transformarse, justamente por la llegada que tienen, en generadores de información veraz.

Fuente: Diario La Capital
Foto: D. Neustadt
https://www.lacapital.com.ar/ed_educacion/2009/10/edicion_43/contenidos/noticia_5000.html

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