Por ARCIDIÁCONO ATILIO JOSÉ  (Puerto Madryn- Argentina) E-mail: solar17@yahoo.com.ar
La Escuela es un espacio social, donde las relaciones personales entretejen el clima institucional- Este clima es resultado de necesidades satisfechas o no, que generan sentimientos, desde donde cada uno y todos nos posicionamos para crear nuestra realidad, así posicionados actuamos de las maneras que lo hacemos-
Si bien muchas veces declamamos o escuchamos, que la escuela debe responder a las demandas de la comunidad, es precisamente en el momento de sentar las bases de un Sistema de  Convivencia, cuando  “exhibimos y desarrollamos” los principios filosóficos que orientarán todo nuestro pensamiento al respecto, lo cual es percibido, intuido o reconocido por nuestros alumno/alumnas.
Podemos ofrecer un ámbito donde nuestros alumnos y alumnas, encuentren canales de comunicación y de construcción de la convivencia escolar u obviar toda producción en conjunto para expresar que somos “los únicos conocedores y sabedores” de lo que “nuestros alumno y alumnas, necesitan”.
No son necesarias las palabras para expresar estas ideas, basta con actuar.
¿Cuál será nuestra propuesta, partiremos de los códigos que nuestros alumnos y alumnas traen y tomándolos como referentes de sus formas de relación, construiremos un puente favorecedor de la comunicación, o por el contrario “encorcetaremos “ a nuestros alumno y alumnas, exigiéndoles el cumplimiento  irrestrictos a normas producidas sólo por adultos y docentes?-
Se trata de abrir canales de comunicación permanente, para poder ser conocedores de las necesidades de nuestros alumnos y alumnas ejercitándonos y ejercitándolos en una conducta práctica del ejercicio de la DEMOCRACIA.

Si reconocemos que  cada uno de nosotros actuamos desde la manera en que construimos nuestra realidad, y este es el punto de partida para relacionarnos con los demás, el conocimiento de estos códigos “extraescolares” tendrán que ver con las formas de “convivencia” que se desarrollen en la escuela.
Estas convenciones , tendrán mayor peso en la medida que la población escolar sea homogénea (es decir provenga del mismo barrio o sector geográfico).
Reconocer la existencia de “códigos extraescolares” y  tenerlos en cuenta, permite que alumnos y alumnas manifiesten o encuentren formas para expresar lo que sienten- Esto es indispensable para la convivencia y la transformación de las actitudes violentas, pues siempre que podemos expresar nuestras necesidades, existe la posibilidad de resolver las mismas, por caminos no agresivos.
Podemos incluso inferir que, que la lealtad, el respeto, la cooperación, que tanto deseamos que se desarrollen en nuestras instituciones, son formas naturales de actuar por parte de nuestros alumnos y alumnas- En realidad no es que nuestros alumnos/alumnas no sean solidarios, respetuosos de la autoridad, cooperativos, leales, etc. lo cierto es que lo son “SOLO CON QUIENES RECONOCEN COMO PARES, QUE LES RESPONDEN A SU VEZ, CON RESPETO, COOPERACIÓN, LEALTAD, etc”.
Deberemos pues, pensar como, implementar acciones que conlleven a que estas actitudes deseadas, como formas básicas para la interrelación en el ámbito escolar, encuentren la opción cierta de poder ser desarrolladas en su máxima expresión.
También será necesario que los alumnos y alumnas encuentren las actitudes que solicitamos en ellos y ellas, reflejadas en la gestión docente, la organización Institucional y los espacios de comunicación que ofrecemos a padres y alumnos/alumnas.
Para “INVITAR” y “CONVENCER” a nuestros alumnos y alumnas, a actuar de manera que se generen formas de comunicación no violentas, deberemos ser ejemplo cierto  y vivo de lo que decimos desear implementar –
También, raíces del código extraescolar de alumnos/alumnas, son modo de vida de padres, madres y diferentes actores de la comunidad en la que se encuentra la Escuela- Desconocerlos, es trabajar de espaldas a la población supuestamente beneficiaria del proceso educativo o que la Escuela se asuma como “expulsiva”.

El no respeto por los códigos extraescolares y la postura de exigir el cumplimiento del código intraescolar, es tratar de poner a la comunidad (padres, alumno/alumnas) en “una horma” ideada por una Escuela – Este concepto, por sí mismo, genera disrupciones de la convivencia, discriminación y violencia.
Cuando la Escuela unilateralmente, estipula las pautas de la convivencia, actúa desde la concepción, de pensar que por sí, puede decidir qué es lo mejor para el alumno/alumno-
Esto implica “soberbia”, pues es inconsulto, no hay un sentarse y “negociar”, existe sólo  “mi propuesta” y el otro debe acogerse a ella o irse de la Institución, ¿cuáles serán la práctica concreta que realizarán los alumnos/alumnas para ser “reflexivos, con espíritu crítico, capaces de argumentar con fundamento, defensores de principios, etc. si la escuela es el lugar de “obediencia” y “participación Pasiva”?

CANALES DE COMUNICACIÓN
Cuando  el código extraescolar, es percibido, reconocido  como tal, respetado por la Institución y su personal, como una de las formas de identificatorias de la comunidad, se facilita la construcción de canales de comunicación-
Estos canales de comunicación permiten que docentes y alumnos/alumnas puedan “dialogar”, acordando pautas de convivencia.
Así la actitud frente a las causas generadoras de disrupciones de la convivencia, pueden ser detectadas de antemano, evaluadas y hasta modificables en término de mitigar sus efectos- Es precisamente, esta la razón de los canales de comunicación.
Volvemos a expresar que cada uno construye su realidad y desde ella se posiciona- Las interpretaciones que hacemos del mundo, tienen su origen en nuestros sentimientos – Nuestras necesidades satisfechas o no, son el motor de dichas emociones.
Cuando conocemos y compartimos el código extraescolar se hace necesario como segunda etapa, establecer las estrategias necesarias para realizar la máxima aproximación al código escolar que consideramos necesario compartir- Este “aproximar” implica la “negociación” entre nuestros supuestos y los supuestos de la comunidad en lo referente al OBJETIVO DE LA Escuela y cómo lograrlo.
De ninguna manera se claudica con el objetivo específico de la escuela, ENSEÑAR ( ENSEÑAR-APRENDER, PROCESO DE ENSEÑAR Y PROCESO DEAPRENDER), lo que se hace es, partiendo desde el código extraescolar aproximar al código escolar pensado como válido y flexibilizar este a partir del diálogo, de manera que podamos arribar a él de común acuerdo.
Son precisamente estos canales de comunicación, los que conllevan a que alumnos/alumnas disminuyan las demostraciones violentas por causas  de desagrado, enfado o enojo, adoptando, ante esos mismos sentimientos actitudes de  diálogo, ante el hecho consumado que “son oídos, tenidos en cuenta y fundamentalmente ante el hecho cierto “que hablando se puede lograr lo deseado.
La propuesta de soluciones, la demanda y hasta la denuncia de hechos que en otras circunstancias hubieran sido causas de agravios, serán canalizadas por el diálogo y dependerán, de nosotros los adultos, su efectiva resolución-
La base para el diálogo consiste en “la escucha atenta”, “el reconocimiento de la Posición y el Interés”, “la búsqueda de soluciones”, “el cumplimiento de lo acordado”.
Uno de los principios que debemos tenerse muy en cuenta, consiste en reconocer, que una vez abiertos los canales de comunicación, no podrán cerrarse sin la escalada de conflicto que esto provocará.

UNA INSTITUCIÓN COHERENTE
Reconocida la existencia de un CÓDIGO EXTRESCOLAR y la de otro INTRAESCOLAR,  habiendo aceptado abrir canales de comunicación tendientes a que en el diálogo se resuelvan los conflictos, debemos pensar y conformar una INSTITUCIÓN COHERENTE.
Quizás esta sea la dificultad mayor.Implica lograr a pesar de las diferencias de docentes y  no docentes, ACUERDOS PARA EL TRATAMIENTO DE CONFLICTOS O DISPUTAS, pero también el tratamiento de la convivencia cotidiana y la transformación paulatina del código extraescolar por el intraescolar ( con el objetivo de visualizar otros horizontes y no transculturizar)-
No podemos ignorar que así como las alumnas y alumnos poseen su código extraescolar, docentes y no docentes tienen su propio código, el cual incluye, la forma de interrelacionarse con quienes posean un código similar al que poseen sus alumnos/alumnas.
Lo primero que convendría hacer, sería reconocer, que esta es una propuesta de largo aliento, que llevará sus tiempos, pues nos proponemos nada más ni nada menos que reemplazar las agresiones físicas, los posibles boicot, y otras formas de agresión por la CONCILIACIÓN, MEDIACIÓN O ARBITRAJE.Esto implica saber desde el principio que muchos alumnos no podrán con facilidad modificar actitudes que son parte de su historia personal y cotidiana- ( Por lo que se necesitará no sólo de todo nuestro conocimiento, sino constancia y fundamentalmente respeto por lo que el alumno/alumna, puede o no hacer y los tiempos que requiere para apropiarse y conformar dicha propuesta).Reconocer que cada vez que perdamos el dominio de la situación estamos borrando lo hecho.
Vivir lo que decimos pues las relaciones humanas no son esquemas conceptuales que se aprenden y repiten memorísticamente, sino  actitudes que se filtran “por los poros de nuestra piel, en cada gesto y en cada mirada”
Comprender, que lo esencial es nuestro ejemplo, que somos observados aún cuando no lo percibimos, con el objetivo de reconocer si nuestras conductas son auténticas o ficticias y si son dignas de ser “imitadas”-
Será conveniente entonces:

  • Saber oír, observar y actuar.
  • Acompañar a los alumnos con mayor dificultad permanentemente y de manera AMOROSA- (esto es preocuparnos por ellos siempre  y tenerlos en cuenta no sólo cuando se presenta un conflicto, sino generar acciones de acompañamiento y reconocimiento permanente).
  • Pensar una Institución, cuya organización, de tiempos , espacios y actividades, no resulte facilitadora de la generación de conflictos.
  • Capacitar supervisores, directivos y docentes para actuar ante el conflicto, de manera que no promuevan la escalda de este, sino su resolución.

Una Institución confiable, es la que  puede interpretar su entorno y ponerse al servicio de él, para que el tiempo y lo aprendido en la Escuela, mejore las condiciones de vida y las formas de interrelacionarse, de quienes asisten a ella.Podrá lograr este objetivo aquella Institución que, genere acuerdos tendientes a  evitar las causas de la disrupciones de la convivencia en vez de centrar sus esfuerzos por buscar culpables- Si todos sus integrantes cumplen con estos acuerdos- Y que dichos acuerdos resulten coherentes con lo que se demanda a los alumnos y alumnas y a su código extraescolar.

Sobre dichos acuerdos, será necesario establecer un seguimiento tendiente a detectar:
• Su cumplimiento
• efectividad
• análisis de resultado
• redefinición o redireccionamiento

En la medida que la Institución se haga más y más confiable se observara un cambio de las actitudes de alumnos/alumnas padres y tutores mejorándose las relaciones interpersonales y canalizando la resolución de los conflictos de maneras no  violenta.

CONCLUSIÓN:
El conflicto resulta algo cotidiano producto de las diferencias lógicas entre los seres humanos.
La Escuela, es el lugar donde confluyen alumnos/alumnas quienes poseen su propio código de convivencia- Este código que no construyen pero cl que deben adherir para relacionarse en su medio, no puede ser ignorado por la Escuela cuando esta elabora el código intraescolar, caso contrario uno será el alumnado asistente y otro el imaginado para recibir clases, lo que en sí mismo es generador no sólo de conflicto sino de violencia por no respeto de la identidad.
Para lograr poder resolver los conflictos de manera no violenta, la Institución trabajará en tres aspectos :
• Elaboración del código Escolar que se articulará con el código extraescolar.
• Generar canales de comunicación- Favoreciendo la resolución de las disputas a partir del diálogo.
• Conformar una Institución Confiable por su COHERENCIA- Esto es conformar un equipo docente y no docente  tendiente a actuar ante los canales de comunicación y el código intra y extraescolar a partir de acuerdos previamente establecidos.
Estos acuerdos tendrían que ser evaluados permanentemente y redireccionarse en virtud a los objetivos que se tienden.
Una Institución Coherente  y Constante , donde la propuesta no consista en la búsqueda de responsables ante las disrupciones sino de las causas que transforman a dichos alumnos/alumnas padres/tutores, docentes, no docentes, directivos en emergentes- Una Institución que  priorice una buena comunicación  para luego alumnos/alumnas y docentes comprender a partir de los contenidos curriculares-

ARCIDIÁCONO ATILIO JOSÉ
azulgris17@yahoo.com.ar
Chubut – Rep. Argentina

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