Por Mag. Daniel Martínez Zampa. 

Puede parecer sobreabundante en estos momentos el título, luego de tantos desarrollos sobre la mediación.

Me parece importante recuperar este tema ya que, con frecuencia escuchamos el término “mediación” con referencia a muchas situaciones que no lo son en un sentido estricto y antes ciertas propuestas que pretenden incluir bajo el paraguas “mediación” cuestiones que no lo son en sentido estricto como la gestión de conflictos sociales, abordaje de conflictos de alta visibilidad, que en realidad son situaciones de negociación en con particularidades especiales.

El aumento de los conflictos en los distintos ámbitos parece ser uno de los signos del momento actual, sumado a la situación de la pandemia.

Muchos manifiestan mediar además de los mediadores formados, hay «mediadores» desde espacios oficiales, los abogados manifiestan «mediar» antes de iniciar un juicio, «mediación» en situaciones de crisis.

Conflictos en las familias, organizaciones, a nivel local, nacional e internacional. Con frecuencia encontramos referencias a la mediación como dispositivo de abordaje de los conflictos que diariamente debemos enfrentar. Así hace unos años habló en la Provincia del Chaco de la mediación del Poder Judicial en el conflicto entre prestadores e InSSSeP, de mediación del Ministerio de Educación de la Nación en el conflicto docente, de la intervención de mediadores judiciales o de determinadas áreas de gobierno ante casos de determinados reclamos, del pedido a la Iglesia y otras organizaciones como mediadoras en ciertas situaciones.

Se habla de mediación en conflictos internacionales. Nuestra historia da cuenta de la solución del conflicto con Chile en el canal de Beagle mediante una mediación Papal.

En el marco de las organizaciones las autoridades manifiestan “mediar” en los conflictos que se dan entre el personal que está bajo su dependencia. Los docentes manifiestan mediar en las situaciones con sus alumnos.
También existe la posibilidad de acudir a una mediación en la Provincia del Chaco- en aquellos casos que podrían dar lugar a una acción judicial-  ante el Centro Público de Mediación del Poder Judicial o mediadores particulares registrados en el marco de  las leyes del Chaco. Por su parte existe una ley de mediación penal.


Nuestra provincia fue la primera en el país  en crear por ley en el año 2000   un  Plan Provincial de Mediación Escolar en el marco del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología que se ejecutó hasta marzo de 2006. Desde  fines del año 2003 desde el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación se impulsa un Programa Nacional de Mediación Escolar- al que nuestra provincia se ha adherido-  que comparte líneas de acción comunes con el Plan creado por la ley provincial.

Experiencias en mediación , arbitraje y conciliación entramos a  lo largo de la historia de diferentes países.
En Estados Unidos en la década de 1970 comenzó una discusión acerca de la necesidad de contar con mecanismos de resolución de conflictos alternativos a la justicia más baratos y menos formales.  Este modelo que comienza a desarrollarse para los conflictos que por sus costos no tenían acceso a la justicia luego se traslada a otros ámbitos como el empresario, familiar, comunitario, escolar.

Entonces ¿De qué hablamos cuando hablamos de Mediación?

El término mediación tiene  diferentes acepciones que remiten a dispositivos diversos que contienen algunos elementos comunes – como la intervención de un tercero para facilitar el camino de la búsqueda de consensos – pero también refieren a  espacios y características  diferentes.
Entre esas características que diferencian un espacio de otro encontramos la posición en la que se encuentra ese tercero – esto es, si el tercero posee  poder sólo  sobre el procedimiento o también posee poder sobre las partes. En la mediación propiamente dicha el mediador desde un lugar neutral posee poder y control sobre el procedimiento, es responsable de la creación del espacio que pueda ser facilitador para que las partes logren poner en palabras el conflicto y evaluar si podrán transitar juntas el camino hacia la búsqueda de consenso.

La participación, el protagonismo de las partes, la no delegación de poder en terceros ajenos al marco del conflicto y la toma de decisiones autónomas son los pilares sobre los que se asienta la mediación.

Existen casos donde las partes refieren haber transitado un proceso de mediación o alguien sostiene haber mediado en un conflicto entre terceros, pero es el caso que quien actuó como mediador lo hizo desde un lugar de poder sobre las partes en tanto si estas no llegaban a un acuerdo el tercero tenía poder de decisión. Pensemos en la intervención que en su momento hizo el Poder Judicial en el conflicto prestadores – InSSSeP o en las otras intervenciones de los jueces como «mediadores» donde de no arribar a un acuerdo las partes los mismos jueces deberán expedirse sobre el tema. En otros ámbitos el Director de una organización manifiesta haber mediado en un conflicto de personas bajo su dependencia y también lo hace desde una posición de poder. Por ello sostenemos que los jueces y autoridades en sentido estricto concilian.

En el ámbito de los conflictos sociales se requiere diseñar procesos más complejos de gestión que excede la mediación, por lo que no se realiza “mediación” en el sentido estricto, ni pueden actuar como “mediadores”  personas que están bajo la órbita del estado porque están respondiendo a quien es su superior. En estos casos podemos hablar de “negociación”.

Si bien en estas intervenciones se aplican las herramientas de mediación consideramos que constituyen un espacio distinto de la mediación propiamente dicha donde el mediador carece de poder sobre las partes.

Estas intervenciones en algunas situaciones son eficaces y en otras el lugar de poder que ocupa el tercero puede ser un obstáculo para avanzar y que las partes puedan expresar sus reales preocupaciones o sus intereses o sentir afectada su autonomía de decidir.

Insistimos que no son las condiciones personales o la habilidad de este tercero lo que determina que las partes puedan avanzar o no en la búsqueda de soluciones sino el propio espacio de poder en que está instalado o cómo las partes han representado a ese tercero.

Reservamos el término mediación en un sentido estricto entonces para este dispositivo donde el Mediador, actúa con poder sobre el procedimiento, pero no sobre las partes.

El dispositivo de la mediación otorga la palabra a los sujetos que padecen y el mediador escucha, desde una posición neutral sus relatos (verdades que en tanto sujetos se constituyen en verdades subjetivas) para evaluar (este es el saber del mediador) si podrán diseñar estrategias consensuadas y conseguir aquello que dicen necesitar y acompañarlas en ese proceso sosteniendo su conflicto” (Arréchala, P, Brandoni F, Finkelstein A, “Acerca de la clínica de la mediación, Lib. Histórica Bs. As. 2004)



Este tercero- mediador es un profesional que se encuentra específicamente formado  para conducir el proceso, absteniéndose de conducir a las partes y  operar desde un lugar neutral en la creación de un espacio que les permita  hablar del conflicto, hacer manifiesto lo latente, compartir las mutuas percepciones , ver más allá de la disputa y  acompañarlas en el camino de diseño de estrategias para superarlo.

El mediador no da respuesta al conflicto, no da soluciones, sino que es responsable, desde un lugar imparcial y neutral de sostener un espacio para que el conflicto sea elaborado constructivamente, abordando el conflicto de manera que las partes puedan reconocerlo, reformularlo, resolverlo.

Actualmente las pautas de formación del mediador las da el Ministerio de Justicia de la Nación y son recogidas por todas las leyes a niveles a nivel nacional como requisitos para la inscripción en el Registro de Mediadores.

Por su parte en el marco educativo también hoy se habla de Mediación. Entendemos que la mediación en el ámbito educativo no es un simple trasplante de la mediación de otros espacios ya que posee características particulares y abarca dos grandes líneas que tuvo el Programa Provincial de Mediación Escolar del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología del Chaco hasta marzo de 2006:

  1. La implementación de experiencias de mediación entre pares estudiantes, con una finalidad pedagógica de la adquisición y mejora de las habilidades sociales o para la vida (escuchar, plantear los conflictos, reconocer al otro, resolver los conflictos), estrechamente relacionada con la Educación para la paz, la convivencia y la vida democrática.
  2. Servicio de mediación para los conflictos que pudieran darse entre otros actores institucionales con la presencia de un mediador que debe reunir los requisitos mínimos de formación que se establece para la mediación en otros ámbitos, además de contar con conocimiento del sistema educativo, su estructura, organización, sistema de relaciones, discursos que atraviesan las instituciones, significaciones del conflicto en el sistema, esto es del contexto donde se producen estos conflictos.

Consideramos necesario ir delimitando los espacios de actuación en uno u otro caso para poder evaluar ante cada situación cuál es el mecanismo más adecuado para su abordaje.

Resulta innegable que las herramientas de la mediación: escuchar, analizar los conflictos, preguntar, bajar a los intereses, replantear, generar opciones pueden ser utilizadas en muchos ámbitos. Ahora, insistimos, hay que diferenciar la aplicación de las herramientas a una mediación propiamente dicha.

En el caso específico de la mediación permitirá también establecer los límites del dispositivo, qué se puede y qué no se puede esperar de la mediación, cuándo y qué causas pueden ser mediables, cuáles son los requisitos que deben reunir las partes para participar de un proceso de mediación, cuál es el recorte del conflicto a abordar y de esta manera fortalecer a la propia institución.

Cuenta la historia que un anciano de Medio Oriente dejó a sus tres hijos una herencia de 17 camellos que debían repartir de la siguiente forma: el hijo mayor recibiría la mitad, el segundo un tercio del total y el menor la novena parte. Estos hermanos intentaron realizar la división, pero vieron que matemáticamente era imposible (el mayor no podía recibir ocho camellos y medio -la mitad de diecisiete-, el del medio tampoco cinco camellos con sesenta y seis-la tercera parte, ni el menor uno camello con ochenta y ocho -la novena parte). Enfurecidos y enemistados solicitaron la ayuda de un anciano del pueblo. El hombre sabio escuchó con atención y dijo:» No estoy seguro de qué consejo darles, pero tengo un camello de más que me gustaría prestarles si lo precisan».  Así el mayor pudo tomar la mitad de lo que le correspondía -9 camellos-, el del medio su tercio -6 camellos- y el menor su novena parte -2 camellos, e incluso sobró un camello, con lo cual devolvieron el préstamo.

El momento actual tanto a nivel internacional, nacional como local requiere trabajar en la búsqueda y consolidación de todos los mecanismos que lleven a la construcción de consensos.

Trabajar en consolidar un espacio propio de la mediación puede ser un comienzo.

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