AUTORA: ALICIA GONZÁLEZ VITALE
Introducción
Ante el interés que generó una experiencia de mediación familiar internacional por la particularidad de haber sido llevada adelante conforme el Convenio de La Haya 1980, el poder compartir con diversos lectores interesados es un placer desde todo punto de vista, fundamentalmente como una forma de visibilización, de difusión, de trabajo colaborativo, de reflexión de la práctica y también – porqué no- de valorar los avances que ha tenido y tiene la mediación desde su instauración en Argentina y otros países del mundo, encontrándonos transitando el segundo semestre del año 2019.
Muchas veces he llegado a pensar y sentir que la experiencia que tengo en el espacio de mediación, más precisamente en la sala de mediación debo y también quiero compartirla con otros mediadores y mediadoras, con futuros mediadores, con entusiastas de la mediación, con otrosprofesionales, magistrados y funcionarios de los poderes ejecutivos, judiciales y también legislativos, y fundamentalmente con cada familia que se encuentra en una situación de conflicto que entienden que en un
momento determinado no lo están pudiendo resolver por sí solos, que tal vez con el acompañamiento de un mediador o mediadora logren hacerlo; y más aún a la sociedad entera a modo de mediación preventiva, para que se
conozcan estos espacios de pacificación social que seguramente puede beneficiar a la población en su conjunto en cualquier parte del mundo en el que se encuentren. A todos ellos los estoy tratando de pensar y considerar al momento de escribir este artículo. También a Patricia Veracierto quien gentilmente y generosamente se ha interesado desde un primer momento en dar un espacio en su libro de mediación familiar a distancia, para
incorporar esta experiencia.
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