Rafael Juarbe Pagán
Mediador de conflictos.
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La frase “todo tiempo pasado fue mejo”’ no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que, felizmente, la gente las echa en el olvido.

Ernesto Sábato, El túnel

En la famosa película El Padrino, primera parte (1972), Don Tommasino, en un momento épico le dice a Michael Corleone: “La gente joven ya no siente respeto por nada”. “Corren malos tiempos, Michael”. Frases similares se han repetido por siglos. Más del 50% de nuestra población nació cercano a la fecha del lanzamiento de esa película o antes. Don Tommasino hacía referencia a la juventud del momento en que la película fue ambientada (1945-1955). La mayoría de la juventud de esa época ya no está entre nosotros. Con mucha frecuencia muchos de los que fueron juzgados en aquel entonces, repitieron similares juicios y los hijos, hijas, nietos y nietas asumieron el mismo proceder.

“Antes, antes sí nos fajábamos para adelantar este país”, se repite a menudo. “La generación de ahora no quiere trabajar y su música no compara con la nuestra”, retumba como comentario a veces cotidiano. Dicha manera de pensar se le ha identificado conceptualmente. Se le llama “juvenoia”, término acuñado por David Finkelhor en 2010, a partir de una mezcla de juventud y paranoia. Dicho concepto se refiere al rechazo de los mayores hacia generaciones más jóvenes. Surge de la fobia a la influencia de los cambios en las siguientes generaciones. No es un sentimiento nuevo, en cualquier época los jóvenes suelen ser muy incomprendidos.

Al parecer, vivimos obsesionados con validarnos, y nuestro pasado nos hace aferrarnos a los mejores recuerdos y desechar aquellos que no necesariamente fueron tan agradables. Larevista digital Scientific American, ha reconocido que se trata de un recurso psicológico que las personas emplean para contrarrestar las emociones negativas y los sentimientos de vulnerabilidad del momento que se vive, dándole mayor importancia a lo vivido como un aspecto de nostalgia sobre el real.  

Desde una visión más comprensiva y constructiva estimo importante romper períodos que nos lleven a repetir las mismas interpretaciones. No creo que sea muy alentador para un joven o una joven leer o escuchar cualquier comentario que subestime o menosprecie a su generación, en cualquier aspecto cultural, educativo o social. Tampoco nos haría sentir particularmente especial que esa misma generación, sintiéndose a la defensiva, menosprecie a los adultos mayores pensando que como la canción de Pablo Milanés, ya el mejor tiempo pasó.

Para un diálogo comprensivo y constructivo de nuestras sociedades no debemos dejar de reconocer el perfil de quienes van creciendo y forjándose con un nuevo paradigma como batón de la generación anterior. De hecho, si se analiza bien, los errores o malas actitudes de una generación deberían ser el resultado directo del fracaso de la generación previa. Por ello y, muy por el contrario, propongo evaluar perfiles para fortalecernos sin etiquetarnos negativamente. Mantendremos una mente feliz y ajustada a los tiempos si decidimos disfrutar, convivir con empatía y armonía sin que un referente cronológico nos sugestione para levantar la bandera del juicio y la incomprensión.

Ser más conscientes de los resultados de nuestra forma de hacer referencias, nos hará más cuidadosos para evitar herir por el simple hecho de haber nacido en épocas diferentes. Ese cuidado nos permitirá ser ejemplo para ser igualmente respetados y acabar con el ciclo de subestimación generacional, sin dejar de reconocer sus particulares tendencias o perfiles para seguir creciendo.

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