MAG. DANIEL FERNANDO MARTINEZ ZAMPA.
DOCENTE EL IESFPYSP CHACO.

Cada vez con más frecuencia escuchamos hablar de la Policía de Proximidad o Policía comunitaria. En algunos casos, por desconocimiento, se piensa que es una policía de menor rango… una “casi policía”, cuando la realidad es totalmente diferente.

La Policía comunitaria recibe diferentes denominaciones según los países, así se habla de Policía de proximidad, Policía de Participación Ciudadana entre otros, Policía de Prevención, entre otros.

Quizás la confusión deriva de que, en ocasiones, se utiliza erróneamente el término “policía comunitaria” para referirse a ciertos cuerpos municipales formados por civiles que tienen como objetivo prevenir y/o intervenir en determinadas situaciones que hacen a la convivencia diaria, como una guardia civil urbana.

Si bien no existe una definición universalmente aceptada, tal como lo sostiene el Profesor  Guillermo Blanco en su Manual de Policía Comunitaria[1], ésta implica una nueva forma de pensar cómo actúa la policía y piensa en la comunidad, una filosofía operacional y de gestión, orientada a la resolución de problemas.

Y para ello, como forma de trabajo, la policía, sin renunciar a sus funciones de prevención del delito e investigación criminal, debe generar relaciones positivas con la comunidad, involucrando a la sociedad en el control y prevención del crimen para trabajar en el abordaje y solución de los problemas.

Éste es un nuevo modelo de policía, que cambia la mirada tradicional, militarizada y reactiva, por un modelo DEMOCRÁTICO (abierto a la comunidad y a la rendición de cuentas respecto de su accionar), CONSENSUADO (asumiendo a la comunidad como coproductora de seguridad) y PROACTIVO (anticipándose al problema, tomando decisiones y haciéndose responsables de ellas).

Y es en este novel paradigma de Policía que las herramientas de la negociación, la mediación y la conciliación adquieren relevancia en el trabajo cotidiano, en la intervención  como primer respondedor en los conflictos habituales y propios de la vida en comunidad que, de no tener canales adecuados de gestión, pueden escalar hacia casos graves.

Esta concepción acerca del servicio público de policía no excluye el uso de la fuerza en los casos que sea necesario, según los protocolos vigentes y en el marco de los Derechos Humanos inherentes a la vida democrática

En síntesis, la Policía de Proximidad no es una Policía “devaluada” es una Policía que, desde una forma diferente de trabajo no renuncia a sus funciones propias, sino que actúa desde el acercamiento a la comunidad. Implica un nuevo modelo de policía, que se ajusta a las necesidades actuales frente a la complejidad de la conflictividad.


[1] Argentina, Ministerio de Seguridad. Secretaría de Seguridad Interior. POLICÍA DE PROXIMIDAD. COLECCIÓN DE MANUALES PARA LA FORMACIÓN DE FORMADORES. 2017.

Sígamos en las redes

Comentarios

comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Le parece interesante este artículo? ¡Compártalo en sus redes!