(Reflexiones escritas hace un tiempo que guardan actualidad)

Cuando los  episodios de violencia ocupan los titulares de los diarios  entramos en apuro por demostrar “que algo se está haciendo” y recurrimos   a las más variadas opciones. A  la más frecuente de buscar el “chivo expiatorio” y expulsarlo, está la de consultar profesionales, hacer talleres,  impulsar iniciativas de leyes, o  en algunos países hasta colocar detectores de armas y policías armados en las escuelas  como tuve posibilidad de observar en algunos países de latino américa que tuve oportunidad de visitar. Ninguna de estas acciones ha probado su eficacia real más allá de llevar cierta tranquilidad de  que “algo se hizo”.

Pero el tema de la violencia escolar es mucho más complejo.  
Cuando ocurre un  hecho calificado de “violento” en la escuela, éste generalmente tuvo su historia previa, en un problema que  comenzó, fue dando señales y nadie las advirtió hasta que pasó algo calificado como “grave”.
También es necesario diferenciar los casos de violencia EN, HACIA Y DE la escuela.

Hay hechos que se producen en la escuela que no tienen que ver con lo educativo…. «estallan» allí porque es el lugar donde se encuentran los jóvenes.

Otros casos pueden tener relación con la actividad propia educativa.


En ocasiones actitudes de los adultos ayudaron a reafirmar el círculo.  

Una vez que esto ocurre se busca juzgar al mismo con el último tramo de la situación . Es como pretender entender una película viendo los últimos cinco minutos.

Entender lo que pasó no es igual a “justificar” la conducta, pero sí nos sirve para contextualizarla y buscar caminos que nos permitan encontrar vías  adecuadas para que con la sanción el autor reflexione sobre la misma, repare el daño y no la repita.

Pero para ello  se requiere trabajar en las instituciones educativas con herramientas para detectar y abordar lo problemas a tiempo.

También se requiere comprender que la violencia en ocasiones es un comportamiento inadecuado en orden al logro de un objetivo común buscado por todo individuo: pertenecer, participar, ser valorado y lograr estima personal,  que en ciertos casos el castigo, la censura o el propio comportamiento del adulto termina reforzando el círculo de la misma.

Para ello se requiere , además de abordar  la situación puntual,  ocuparse de observar  y trabajar la convivencia y el clima que se vive en las instituciones. y deben tener la participación de todos los actores incluidos los padres.

Requiere tomar conciencia que la convivencia genera conflictos y tensión y que el “grado de salud  de las instituciones no está dado por la ausencia de los conflictos , sino por la forma en que cada institución los afronta y en el mejor de los casos cómo puede darles solución. .Esto es prevención” (Ianni, N, Pérez E. La convivencia en la escuela, un hecho, una construcción. Ed. Paidós)

Muchos podrán decir…. Esto es casi imposible… – Es difícil y pero no imposible y es fruto de un proceso que puede llevar años de trabajo continuo y requiere por parte de las autoridades su apoyo constante.

Las urgencias constantes hacen que, como el camino es largo muchas veces no nos decidamos a dar los primeros pasos. Como dice la frase hasta el camino más largo comienza con el primer paso.

Frente al fenómeno de violencia  algunos piensan en la mediación Escolar como una solución. La mediación  y la NEGOCIACION son  sólo  herramientas dentro de un paquete más amplio  que puede ayudar a  afrontar y dar solución a los conflictos previniendo algunas situaciones de violencia , pero no son la panacea.

Por su parte la mediación educativa NO SE AGOTA EN FORMAR ALUMNOS MEDIADORES, sino que implica un trabajo más profundo con todos los actores institucionales , reflexionando acerca de qué se hace con el conflicto en la institución, qué actitudes predominan, y dar herramientas no sólo de mediación sino también de NEGOCIACION para autogestionar los conflictos y dentro de un proyecto institucional que debe prever claramente los límites de lo “negociable” y lo “no negociable”, los procedimientos de gestión de conflictos entre adultos, alumnos y adultos y alumnos,  la inserción de las instancias de negociación y mediación dentro del acuerdo de convivencia institucional y la legislación.

Otras acciones apuntan a proponer  iniciativas legislativas relacionadas con la temática. Si bien ellas por sí solas no bastan son un primer paso para poner el tema en debate.  En el caso de la Provincia del Chaco contamos  con legislación más que suficiente. Entre esas leyes se encuentra la de Acuerdos de convivencia (hoy 1261 E) , la 1178 E- Plan Provincial de Prevención de la Violencia en las escuelas y  la 1057 E de Mediación Escolar.  

Leyes cuyos primeros pasos para implementarlas  se comenzaron a dar  hace ya tiempo, pero “decisiones politicas” de gestiones anteriores determinaron que se perdiera el trabajo realizado.

Parafraseando al Dr. Claudio García Pintos quien en un Seminario sobre Violencia Escolar realizado en Buenos Aires en 2005, en el  que tuve el honor de participar como disertante,  al reflexionar sobre la violencia en el aula se preguntaba “¿Bastará? Si nosotros docentes hacemos esto, ¿bastará? ¿Será suficiente modificar la mirada sobre la violencia para terminar con la violencia en el aula?” y se responde” Yo no tengo dudas respecto de la respuesta: NO. Pero no importa si bastará o no. No estamos llamados a erradicar la violencia del mundo ni siquiera del aula. Simplemente estaremos asumiendo nuestra responsabilidad como docentes. Sólo estamos llamados a ser docentes, a cumplir esa “labor educativa”.. “que ayuda al hombre a ser cada vez más hombre, lo introduce siempre más profundamente en la verdad, lo orienta hacia una respeto creciente por la vida, la forma en las justas relaciones entre las personas”.

El desafío es grande y el camino posible, es necesaria la voluntad de  transitarlo y el apoyo desde las autoridades y desde todos los actores institucionales para construir la convivencia, mejorar los “climas institucionales” y con ello estaremos también previniendo situaciones de violencia.

DANIEL MARTINEZ ZAMPA
Profesor en Ciencias Jurídicas.
ABOGADO- MEDIADOR- MAGISTER EN ADMINISTRACION Y RESOLUCION DE CONFLICTOS-
Coordinador web www.todosobremediacion.com.ar .
Dictó cursos, talleres y conferencias en Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Ecuador, Panamá, México, Puerto Rico y España.
Autor del libro: MEDIACIÓN EDUCATIVA Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS. Editorial Novedades Educativas.

 

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