El 23 de agosto celebramos en la Provincia del Chaco Día del Mediador, instituido por ley 5412, con motivo de recordarse el haber recibido sus diplomas los mediadores egresados de la primera formación impulsada desde el Superior Tribunal de Justicia en el año 1996, hace 21 años, grupo del cual formo parte.
El día del mediador es también una ocasión propicia para realizar un balance del camino transitado.
La mediación nació en nuestra Provincia con gran impulso desde el Poder Judicial y en especial de la Dra. María Luisa Lucas, y de a poco se ha ido extendiendo al interior con la apertura de delegaciones del Centro Público en V. Ángela, Charata, S. Peña, Castelli y Gral. San Martín.
Desde el ámbito privado existen encomiables esfuerzos por aportar a la Difusión y Promoción de la Mediación, entre ellos los de la Fundación Instituto de Mediación, con la Dra. Lilian Vargas al frente.
Nuestra provincia ha sido pionera en materia de legislación sobre el tema, contando con las primeras leyes del país en Mediación Escolar y Mediación Penal. Existe además con un marco general y una ley de Mediación familiar prejudicial obligatoria que desde 2009 espera su plena implementación
Más allá de lo realizado y los marcos legales existentes, considero existe aún mucho por hacer para la plena vigencia de las leyes y por determinar los verdaderos alcances del trabajo del mediador.
Cuando los conflictos parecen entrar en una espiral de escalada surgen voces que hablan de la necesidad de la mediación y de los mediadores.
Queda la sensación que el mediador es el “bombero” que debe intervenir cuando las “papas queman” o que mediante la “mediación” se puede legitimar cualquier cosa, incluso la violación de la ley dando o facilitando respuestas a peticiones que luego no se cumplirán. Estas ideas no favorecen para nada para aprovechar al máximo sus posibilidades.
La Mediación no es una herramienta mágica, ni el mediador es un servicio de emergencia que debe intervenir sólo cuando los conflictos han entrado en una espiral que no se puede manejar.
La mediación, forma parte- con otros procesos como la negociación y el arbitraje- de una “caja de herramientas” donde, para cada tipo de conflicto puede existir una estrategia más adecuada. Pero donde también es importante trabajar en la prevención de los mismos.
Muchos se asustan del tamaño que toman ciertos conflictos porque no los visualizan a tiempo o porque no fueron capaces de ver que con sus propias actitudes contribuyeron a ello.
Forma parte de este sentido más amplio del término mediación el poder contar con herramientas que permitan visualizar los conflictos, su posible evolución y la forma en que decisiones presentes pueden ser germen de futuros nuevos problemas.
Y debe tenerse en cuenta que la mediación no puede servir para legitimar situaciones fronterizas o fuera de la ley, sino viene a completar la norma y a sostenerla.
Trabajar en mediación implica revalorizar el diálogo, la construcción de consensos, el escuchar al otro, el hacerse cargo de las propias decisiones.
La realidad nos muestra que aún queda mucho por hacer falta la decisión de impulsar políticas de prevención, gestión y resolución de conflictos y no seguir utilizando a la mediación como un “parche más” cuando ya no se sabe qué hacer o dejarla sujeta a la buena voluntad del funcionario de turno.
Queda plantear cómo consolidar la mediación pública y privada en todo el ámbito provincial, cómo establecer verdaderos mecanismos de prevención de conflictos en los diferentes ámbitos, qué incentivos son necesarios para que la misma sea utilizada y cómo aprovechar los recursos humanos que tiene formados nuestra provincia para canalizarlos en la construcción de la paz social.
Que este día del mediador sea una oportunidad para que todos podamos reflexionar sobre lo que se ha hecho y lo que queda por hacer y un recuerdo especial para quienes ya han partido a mediar en el cielo.
DANIEL F. MARTINEZ ZAMPA
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