Por DANIEL F. MARTINEZ ZAMPA
(NOTA PUBLICADA EN SUPLEMENTO “ESCOLAR” DE NORTE- AÑO 2012)

El tema del bullying o acoso escolar periódicamente es noticia a raíz de reacciones violentas o trágicas decisiones tomadas por quienes la padecen.

Cuando estos hechos salen a la luz como sociedad nos movilizamos por un tiempo y ante ellos suelen aparecer voces con planes, proyectos o recetas que prometen “erradicar” la violencia o el acoso. Estas propuestas o iniciativas en algunos casos quedan en buenas intenciones, en otros comienzan a ejecutarse por un tiempo hasta que el tema sale de la “agenda” y no se vuelve a hablar de ello hasta que nuevas situaciones los hacen visibles nuevamente.

Con todo el respeto que me merecen estas iniciativas, creo que no es posible “erradicar” totalmente la violencia o el acoso, pero sí podemos trabajar activamente en detectar aquellos hechos que nos indican que la misma puede estar ocurriendo y en generar las condiciones para que ellos no encuentren un espacio propicio para que se extiendan o deriven en consecuencias perjudiciales.

La Consejería de Educación del Gobierno de Canarias desarrolló una guía para el profesorado sobre el tema que es tomado de base para el presente artículo, no con el sentido de tener una “receta” sino poner en consideración algunas ideas que nos pueden ayudar en esta tarea de detectar y trabajar estos casos desde lo que puede ser competencia de la escuela.

Llamamos “acoso escolar “o “bullying”· a la “intimidación y el maltrato entre escolares de forma repetida y mantenida en el tiempo, casi siempre lejos de la mirada de personas adultas, con la intención de humillar y someter abusivamente a una persona indefensa por parte de una persona acosadora o de un grupo mediante agresiones físicas, verbales y sociales con la consecuencia de temor psicológico y rechazo grupal[1].”.

Se caracteriza por:

  • Ser un tipo de violencia difícil de identificar. Permanece oculta casi siempre para las personas adultas, pero es bien conocida por el alumnado.
  • El acoso puede ser físico, psicológico o relacional.
  • Debe existir intencionalidad de hacer daño por parte de la persona o grupo que agrede.
  • Se aprecia una reiteración de los comportamientos abusivos a lo largo del tiempo.
  • Hay desequilibrio y abuso de poder que impide que la persona acosada pueda salir por sí misma de la situación.

 Estas situaciones pueden producirse durante el recreo y patios; en la fila; en baños, pasillos…; en el aula, cuando la profesora o el profesor se vuelven a la pizarra para dar una explicación, mientras se atiende a alguna alumna o alumno; en los cambios de clase; a la entrada o salida del establecimiento, a través del celular (mensajes, llamadas anónimas…); por Internet, a través de redes sociales, chat y correo electrónico.

Señales de alerta a tener en cuenta:

EN QUIEN SUFRE EL ACOSO:

  • Faltas de asistencia recurrente ausentismo grave.
  • Descenso del rendimiento escolar.
  • Disculpad de concentración.
  • Sentimientos de culpa.
  • Asunción de responsabilidad de los hechos.
  • Síntomas depresivos: irritabilidad, insomnio, pesadillas, falta de apetito.
  • Apatía.
  • Conductas de ataque. Agresividad/bajo autocontrol.
  • Conductas de huida y evitación.
  • Síntomas somáticos de ansiedad: síntomas gastrointestinales, malestar generalizado, cansancio y rigidez
  • Síntomas psicológicos y emocionales de ansiedad: inquietud, nerviosismo, pesimismo, aprensión, sensación de tensión…
  • Miedo/síntomas de pánico: (temblores, palpitaciones, sensación de ahogo,  opresión en el pecho,  mareos, dolores de cabeza …
  • Miedo a la pérdida de control.
  • Miedo a estar solo o sola.
  • Indefensión.
  • Ideas suicidas o intento de suicidio.
  • Aislamiento con respecto a sus iguales.
  • Negación de los hechos o incongruencias.
  • Llanto incontrolado, respuestas emocionales extremas.

EN QUIENES PRODUCEN EL ACOSO:

  • Agresividad verbal y física.
  • Insultos.
  • Amenazas.
  • Bajo autocontrol.
  • Impulsividad.
  • Conducta violenta.
  • Abuso de poder.
  • Acoso psicológico.
  • Acoso sexual.
  • Agresiones contra la propiedad.
  • Lenguaje corporal: miradas y gestos de rechazo.

EN EL GRUPO DE IGUALES (Observadores y observadoras)

  • Colaboran en el acoso.
  • Graban agresiones.
  • Las aprueban con su presencia.
  • Refuerzan la conducta de quien acosa.
  • Ignoran y aíslan.

¿Qué puede hacer la escuela?

            Desde la escuela se puede actuar preventivamente, teniendo presente la dificultad en “ver” este tipo de acoso, estando atentos al “clima” de convivencia en el aula, patios, recreos, etc. Trabajando la construcción de la convivencia y la prevención, gestión y resolución pacífica de conflictos como un contenido transversal, incluyendo estrategias que permitan desarrollar las llamadas habilidades sociales o “habilidades para la vida”, entre ellas el escuchar, el respetar la opinión del otro, el plantear los conflictos, analizarlos, participar activamente en la construcción de soluciones en las que se contengan los intereses de las partes.

Detectada una situación de acoso, se requiere trabajar en forma inmediata tanto con quien lo sufre, como con quien o quienes lo provocan, con la familia de ambos (acosador y acosado) y con quienes son “espectadores” del mismo.

Esto implica un trabajo inter-disciplinario con acciones que pueden ser encaradas desde el docente y la institución con un acompañamiento de profesionales especialistas en el tema y redes que ayuden a la contención. Los gabinetes sicopedagógicos pueden ser una de las posibles opciones aunque no todos los establecimientos cuentan con ellos.

Las intervenciones apuntan fundamentalmente a un trabajo con quien sufre el acoso y su familia, el acosador y su familia y los terceros que “observan” tales situaciones.

Para ello los expertos aconsejan:

a) CON QUIEN SUFRE EL ACOSO[2]:

  • Escuchar y creer lo que cuenta quien padece el acoso.
  • Ponerse en el lugar de la persona que sufre el acoso.
  • Conocer sus sentimientos sobre la situación que sufre.
  • Fomentar sentimientos de esperanza sobre la situación y manifestarle que se le ayudará.
  • Mantener la confidencialidad.
  • Ayudar en el proceso de reparación del daño y del perdón.
  • Vigilar para que no se repitan esas situaciones.
  • Nombrar a una profesora o profesor para garantizar el acompañamiento.

CON LA FAMILIA DE QUIEN SUFRE EL ACOSO:

  • Tranquilizar.
  • Apoyar (deben sentir el acompañamiento del profesorado, evitando que sientan impotencia o indefensión).
  • Ponerse en el lugar de la familia de la persona que padece esta situación.
  • Hablar sobre las medidas más adecuadas para la situación.
  • Mantener la comunicación sobre las medidas que se van adoptando y sus resultados.
  • Atenuar los sentimientos de culpa sobre la situación y no fomentar la carga de Responsabilidades (ni hacia los integrantes de esa familia ni hacia la persona que ejerce la violencia y su familia).
  • Informar a las familias de la existencia de: Dispositivos de ayuda, pautas de intervención familiar, medidas para detener la situación de acoso dentro y

Fuera del centro.

Transmitir que la responsabilidad de detener la situación de acoso es colectiva (profesorado, familia, alumnas y alumnos, otros profesionales)

CON LAS FAMILIAS DE LOS SUPUESTOS ACOSADORES

  • Mantener actitud de escucha.
  •  No culpabilizar ni juzgar.
  •  Solicitar colaboración para frenar el acoso.
  •  Pedir confidencialidad entre las familias y con su hija o hijo.
  •  No promover el castigo.
  • Explicarles las medidas que se van a aplicar en el centro con cada una de las partes.
  • Pedirles que se pongan en el lugar de la familia de quien sufre el acoso.
  • Informar a la familia periódicamente de los resultados y de las medidas que   se adoptan.

CON QUIEN O QUIENES PRACTICAN EL ACOSO

  • Hablar por separado con cada una de las personas implicadas.
  • Seguir el método de no inculpación.
  • Mantener la confidencialidad
  • Fomentar la responsabilidad de reparar el daño causado.
  • Promover que se comprometa a solucionar la situación.
  • Buscar la participación del alumno o de la alumna en la búsqueda de soluciones.
  • No implicar y evitar nombrar a quien sufre el acoso.
  • Realizar un seguimiento con cada alumna o alumno implicado.

CON EL GRUPO DE IGUALES. OBSERVADORES DEL ACOSO.

  • Hablar con cada una de las partes por separado, manteniendo la confidencialidad.
  • Elegir ayudantes de grupo.
  • Fomentar la práctica de actividades grupales de prevención del acoso escolar.
  • Promover la responsabilidad del alumnado para comentar al profesorado las agresiones y la colaboración, tanto ante las situaciones de acoso como para la reparación del daño.

Entre estas sugerencias que plantean los expertos –y que no deben ser tomadas como “recetas” sino como ideas que nos pueden orientar ante a una situación de acoso- rescatamos la necesidad de intervenir con la mayor premura posible, involucrando y responsabilizando a los diferentes actores institucionales.

En caso de no darse situaciones de acoso en nuestras instituciones, no esperemos hasta que las mismas se hagan visibles o estallen, es posible trabajar desde la construcción de las habilidades sociales, las normas de convivencia y la adquisición de herramientas para gestionar los conflictos.

Nuestra provincia desde el punto de vista legislativo cuenta con herramientas más que suficientes para abordar la temática- aunque lamentablemente desde la práctica con escasa aplicación- entre ellas la ley 6987 que creó el PROGRAMA PROVINCIAL DE DETECCIÓN, PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DEL ACOSO ESCOLAR O BULLYNG que consideramos debe ser enmarcado en una mirada más abarcativa de la CONVIVENCIA ESCOLAR (ley 5221) , EL PLAN PROVINCIAL DE MEDIACIÓN ESCOLAR  (Ley 4711) Y el PLAN PROVINCIAL DE PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA EN LAS ESCUELAS (Ley 4986)

Actuar de esta manera no es garantía que no se puedan producir situaciones de violencia y acoso, pero estaremos actuando en forma preventiva y podremos atenuar sus consecuencias negativas.

[1] Consejería de Educación, Universidades y Deportes, Gobierno de Canarias. Guía para el profesorado sobre acoso escolar: detección, identificación, intervención y prevención

[2] Consejería de Educación, Universidades y Deportes, Gobierno de Canarias. Guía para el profesorado sobre acoso escolar: detección, identificación, intervención y prevención

También de interés relacionado con este tema en Argentina: GUÍA FEDERAL DE ORIENTACIONES PARA LA INTERVENCIÓN EDUCATIVA EN SITUACIONES COMPLEJAS RELACIONADAS CON LA VIDA ESCOLAR 
Para consultar más material relacionado con la temática visite la biblioteca digital de TSM

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